9/22/2010

NOTA DE OPINIÓN: EL CONFLICTO ESTUDIANTIL

Congreso de la Nación Argentina/ Cámara de Diputados/ 15 de septiembre de 2010
Los estudiantes secundarios, como hace 34 años: una lección de lucha
Por Jorge Cardelli, Diputado Nacional por Proyecto Sur.

La toma generalizada que encaran los estudiantes secundarios y terciarios es, sin dudas, una medida legítima para enfrentar las políticas educativas del Gobierno de Mauricio Macri. En esta ciudad se subejecuta el presupuesto educativo de forma sistemática, se reduce el financiamiento a la educación estatal en beneficio de los subsidios a la educación privada y se sostiene a muchísimos trabajadores de la educación en la precariedad laboral. Se vulnera, de esta forma, tanto el derecho a la educación de los estudiantes, como el derecho de los docentes a trabajar en condiciones dignas, sin las cuales es imposible el desarrollo de cualquier proceso pedagógico.

Aunque la reivindicación fundamental de los estudiantes tiene que ver con las precarias condiciones edilicias que tienen los colegios en la ciudad, no deja de expresar, a su vez, un repudio generalizado a la política que lleva adelante el actual Gobierno de la ciudad, tanto en la educación como en lo que refiere a vivienda, cultura, salud y otros, y que tiene signos claros: la privatización y el autoritarismo.

Pero las políticas de desfinanciamiento a la educación no atañen solamente al Gobierno de la Ciudad. Por su parte el Gobierno Nacional sostiene una política de desfinanciamiento que impacta fuertemente en la situación de las Universidades Nacionales. Muchos estudiantes universitarios se han sumado a esta lucha, tanto en apoyo a los estudiantes secundarios de la capital, como para denunciar la situación de precariedad de la universidad pública en la Argentina. Los docentes universitarios, por su parte, también son fuertemente afectados por la precarización laboral: la universidad pública hoy se sostiene crecientemente con el trabajo gratuito de cientos de docentes, a la vez que es vaciada de fondos públicos y arrojada a una política de recursos propios, es decir, privatizada y puesta al servicio de los intereses de las multinacionales.

Las declaraciones de la Presidenta en apoyo a los estudiantes secundarios en la ciudad no es más que una muestra de hipocresía, que silencia una vez más que el Gobierno Nacional desatiende su responsabilidad directa en la situación de la educación pública en todo el país.
La lucha de estudiantes secundarios y docentes pone en el tapete un tema fundamental: los proyectos de educación que avanzan en la Argentina. La Ciudad de Buenos Aires, en particular, es hoy el escenario de un debate que solamente la lucha pudo hacer visible y que pone en vilo la continuidad de una política nefasta. Todos los que estamos en esta lucha nos sentimos orgullosos de la fuerza y el valor de los más chicos, de los que vienen a demostrarnos una vez más que saben tomar la voz.

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