La propuesta del Movimiento Proyecto Sur, encabezada por Fernando “Pino” Solanas, logró realizar en la Capital una quijotada que hacía mucho tiempo no se daba en la Argentina: instalar en el discurso y el debate propuestas y cuestiones de fondo, estructurales y estratégicas, sin las cuales sencillamente nuestro país no tiene futuro. La población de la ciudad de Buenos Aires tomó nota: encontró en Solanas la coherencia de quien no está dispuesto a negociar las grandes causas nacionales. Una encuesta muy reciente, realizada por Ricardo Rouvier, a un mes de las elecciones legislativas, señala que el diputado electo de Proyecto Sur cuenta con un 75 % de aceptación pública en la ciudad, aventajando en diez puntos a Michetti (64,7 %), en casi 15 a Macri (61,1 %) y por 20 puntos a Filmus (54,7%). La encuesta también refleja que quienes votaron a Solanas lo hicieron ante todo por sus ideas y propuestas (51,9 %), así como por su credibilidad (24,4 %).
En el plenario de la militancia celebrado el pasado 24 de julio, pudimos escuchar en la voz del propio Solanas la ratificación de las ideas-fuerza del Movimiento: “Queremos democratizar todas las instituciones de la democracia para que haya más democracia, y para que el anhelo del 19 y 20 de diciembre, que fue anhelo de protagonismo horizontal de los argentinos, se realice”.
En su discurso ante un público abarrotado, y tras la brillante intervención de la diputada electa Alcira Argumedo, Solanas volvió a poner de relieve los fundamentos que hicieron mella en la población y atrajeron el voto de forma masiva. Dijo Solanas: “No se confundan. Hay posibilidades de otro país. No se dejen llevar por el escepticismo y la resignación. Acá hay un grupo de compañeros que sigue resistiendo y que jamás transigió”. “Nosotros hemos cargado sobre nuestras espaldas con toda osadía y desparpajo una causa de larga data, y dijimos, vamos a torear a este mundo reaccionario y cruel para llevar de vuelta esas banderas al triunfo enriquecidas por todas las causas sociales de estas décadas que son patrimonio cultural de la memoria y el saber argentinos: la causa de los derechos humanos, de las mujeres, de los ambientalistas, de la juventud.”
La cuestión, según Solanas, pasa por la necesidad de lograr un cambio político generacional que revierta en un cambio histórico: “Nacimos por prepotencia de una pasión y un compromiso argentino. Ese compromiso lo tenemos, no sólo con el país, sino esencialmente con la juventud argentina. Nos hemos propuesto abrir las ventanas y la puerta que impide pasar a una nueva historia. La puerta abierta debe permitir que una ola de nuevas dirigencias, formadas, como decía Alicia Argumedo, en valores éticos y en principios inclaudicables, pueda llevar estas banderas al triunfo.” “Nos aferramos a la idea de que a las cinco causas no las puede mover nadie. Son causas estratégicas. Algunas causas son ideológicas, pero la mayor parte de ellas tiene materializaciones concretas: tren para todos, reconstrucción de las industrias de base, de la siderurgia, y la reconstrucción de una gran petrolera nacional.”
La necesidad de refundar el país está a la vista. Hay que hacerse de ella. De lo contrario, el huevo de la serpiente volverá a acechar.
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